Mi Saeta es la más grande

[caption id="attachment_313" align="aligncenter" width="614" caption="Mi Saeta es la más grande"][/caption]

¿Recuerdan los partidos de fútbol a los que se jugaba de pequeño en el patio del colegio? Cuando no había balón porque los profesores no dejaban, se improvisaba con un cartón de zumo, una bola de papel de plata o incluso con una piedra. A veces, antes de empezar, elegíamos a nuestro jugador favorito, lo que provocaba los primeros piques:

[caption id="" align="aligncenter" width="383" caption="“Yo me pido a Romario, que marco más goles que tú”, “Jo, yo no quiero ser Butragueño, es muy feo y yo soy del Barça”, “Tú con esa boca tienes que ser Reiziger, ja ja ja”"][/caption]



Pues ahora, imagínense que, detrás de las rejas del colegio, los padres de esos niños están mirando la escena y teniendo la misma conversación:

[caption id="" align="aligncenter" width="380" caption="“Claramente, mi hijo es el nuevo Messi, mucho mejor que el tuyo, míralo, míralo…”"][/caption]

¿Absurdo, verdad? Pues eso mismo es lo que está ocurriendo esta semana en los medios de comunicación de este país. Todo empezó con una broma muy bien traída del entrenador del Atlético de Madrid, Quique Sánchez-Flores: “Messi es el Di Stefano del Siglo XXI”. Digo lo de bien traída porque claro, el FC Barcelona acababa de superar el récord del Real Madrid de Don Alfredo, pero sigue siendo una broma, un juego de palabras.



Bueno… pa qué. Que uno de los otros padres dijera eso ha hecho que el padre de CR7, celoso ante tal insinuación, se hinchara de orgullo y empezara a ladrar que no, que su hijo la tiene más grande que su hijo es el que se pide ser Di Stefano:

[caption id="" align="aligncenter" width="424" caption="Y punto. Yo tengo el dinero, yo pongo las reglas"][/caption]

Claro, como su voz resuena en toda España, empezó una discusión absurda que él ha empezado y él ha terminado:

[caption id="" align="aligncenter" width="450" caption="Y no hay nada más que desir"][/caption]

Y, como confirmación total, su tío Valdano y su tío Pardeza también están de acuerdo. Todos los padres chulean, barren para su casa. Pero se siente. No hay discusión: CR7 se pide a Di Stefano, no Messi. Aunque ninguno de ellos se parezcan ni por asomo a uno de los cuatro grandes del fútbol... tengan en cuenta que aun sólo son niños.

Mientras tanto, el gran Don Alfredo se estará preguntando en su casa que por qué le pitan tanto los oídos.